En la plaza, en un banco,
la honda pena adverti:
junto a su esposa,
al no vidente, alli vi.
¡Ay...Una escena silenciosa...
¡Tristeza más desencanto!
Nube negra, cuán oscura
ensombrecíale el alma,
la mente, el corazón;
gesto adusto, tensa calma,
sin ronrisas, ni ilusión...
¡Sólo angustias, desventura!
Con afán llegué a brindarles
solidario, alegría
sin obviar esa amargura.
Ergo, inefable poesía,
sutilezas y dulzura...
¿Cariño para animales!
Sol de amor, iluminó,
mitigando la honda pena;
ilusiones, esperanza,
buena ventura, plena,
en el cuadro nueva instancia...
¡El no vidente sonrió!!!
Lorenzo Oscar Macho
0 comentarios:
Publicar un comentario