sábado, 25 de junio de 2011

El Ciego de la plaza

En la plaza, en un banco, 
la honda pena adverti: 
junto a su esposa, 
al no vidente, alli vi.
¡Ay...Una escena silenciosa...
¡Tristeza más desencanto! 
Nube negra, cuán oscura 
ensombrecíale el alma, 
la mente, el corazón; 
gesto adusto, tensa calma, 
sin ronrisas, ni ilusión...
¡Sólo angustias, desventura! 
Con afán llegué a brindarles 
solidario, alegría 
sin obviar esa amargura. 
Ergo, inefable poesía,
sutilezas y dulzura...
¿Cariño para animales! 
Sol de amor, iluminó,
mitigando la honda pena; 
ilusiones, esperanza, 
buena ventura, plena, 
en el cuadro nueva instancia...
¡El no vidente sonrió!!!  

Lorenzo Oscar Macho

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